El Pont du Mont-Blanc es el más amplio de los cinco puentes que cruzan por encima del Ródano a su paso por Ginebra. Es el primero que encontraremos entre el Lago Leman y el río. Desde el mismo podremos tener una magnífica vista de la rada del puerto, rodeada de parques y jardines; así como del famoso Jet d’Eau, el célebre surtidor de agua de la ciudad suiza.
Por el otro lado tendremos la oportunidad de ver la île Rousseau. Es el bastión defensivo construido en 1538. En su interior se encuentra la estatua dedicada al famoso pensador ginebrino, J.J. Rousseau.
El Pont du Mont-Blanc comunica la Rue du Mont-Blanc y la Quai Général Guisan. Es una estructura muy utilizada por el tráfico rodado y por los viandantes para cruzar de una orilla a otra.
Como datos curiosos, tiene una longitud de 252 metros y una anchura de anchura 26,8 metros. Se trata del segundo puente construido en la zona. El primero se realizó en 1862 pero se derribó décadas más tarde. A principios del siglo XX se levantó uno nuevo mucho más resistente. Ya en 1965 se amplió y alcanzó la anchura que podemos ver en la actualidad.
Vistas desde el Pont du Mont-Blanc
El puente no solo es un medio de transporte esencial, sino que también ofrece vistas panorámicas del río Ródano y el lago Lemán, con el majestuoso Mont Blanc y los Alpes en la distancia. Estas vistas son especialmente impresionantes al atardecer, cuando el puente se ilumina y se convierte en un telón de fondo espectacular para la ciudad.
Es un lugar privilegiado para asistir a los fuegos artificiales de los festivales de Ginebra. También es el punto de paso del Lake Parade. Ambas orillas del puente están adornadas con banderas. Éstas van cambiando según diversas circunstancias. Durante el Día Nacional de Suiza, las banderas de los 26 cantones están presentes.
El puente, tal como existe en 2007, está construido sobre siete vigas principales de chapa metálica. Su peso total es de 1.176 toneladas de metal. Una obra de ingeniería que recibe miles de turistas cada año.